TRASTORNO DE ESTRÉS POSTRAUMÁTICO


 

La vivencia inesperada de un acontecimiento vital estresante (AVE) que toma al individuo por sorpresa y muchas veces en soledad, ocasiona una alteración llamada trastorno de estrés postraumático.

Ante esta amenaza inesperada, la reacción inmediata es miedo. El miedo es una reacción normal y propia de los seres vivos cuando percibe situaciones de amenaza a  su integridad física o psíquica o al entorno familiar, social y medio ambiente en el cual está viviendo. Es una emoción desagradable, de aparición brusca e involuntaria.

El miedo es un mecanismo de defensa ante el peligro, es una forma de reaccionar ante la amenaza, activando el sistema psiconeuroinmuno endocrino (PNIE) con la finalidad preparar al organismo para luchar o correr. Bajo la influencia del miedo se presentan síntomas y signos, internos y externos, similares en toda la raza humana, tal vez, en todos los animales; pero las causas que lo ocasionan son múltiples, y a veces diferentes, tanto en el individuo mismo como en el grupo al cual pertenece.

El miedo es una reacción instintiva con el cual nacemos, pero vamos adquiriendo nuevos miedos durante el transcurso de la vida, diferentes en intensidad de acuerdo a las experiencias traumáticas vividas, del agente que nos amenaza y de la capacidad personal que tengamos para afrontarlos. Estos miedos adquiridos pueden desencadenarse ante un peligro real o imaginario que, solo viven en el pensamiento de quien lo siente.

Estos acontecimientos  inesperados golpean de manera brutal la psique de la persona cuando se expone a un hecho de esta naturaleza. Ningún ser humano está exento de sufrirlo. Puede aparecer tanto en niños como en adultos de ambos sexos. Hoy en día se ha demostrado que puede producirse en la vida intrauterina cuando el embarazo es no deseado o la madre ha vivido la experiencia traumática durante la gestación. En los niños y adultos mayores, muchas veces, es de mayor gravedad la vivencia del trauma y las consecuencias que de ello se genera, debido a su grado de indefensión o los escasos recursos de afrontamiento ante el impacto emocional.

La situación estresante vivida puede ocasionar en la persona el Síndrome del trastorno de estrés postraumático, que se manifiesta por trastornos del pensamiento, emocionales y de conducta, pero  también puede ocasionar alteraciones fisiológicas y/o lesiones de órganos y tejidos. Estas manifestaciones pueden sucederse inmediatamente de los hechos, o bien, presentarse, a los días, meses o años de la vivencia traumática. 

En lo psicológico la persona sufre confusión, intranquilidad, irritabilidad, pensamientos que se repiten día y noche relacionados con el hecho vivido. las emocionales transcurren entre la ira, tristeza o miedo, que alteran la conducta de la persona  pudiendo presentarse aislamiento social, indiferencia afectiva hacia familiares y amigos. Puede presentarse torpeza, poca motivación a realizar labores de rutina, falta de interés por el trabajo o conflictos frecuentes con sus superiores o compañeros de labores. Carencia de energía para enfrentar pequeñas dificultades, aislamiento, falta de concentración y pérdida de memoria para eventos recientes o evitar momentos que le recuerden lo ya vivido.

Es frecuente  las  crisis de pánico, miedo a la soledad, miedo a morir o, a volverse loco. Su sensación de indefensión clama por compañía. Los sentimientos de culpa, de inutilidad pueden conducirlo a la depresión.

En lo físico, se presenta cansancio ante el menor esfuerzo, sensación de ahogo, mareos, desmayos, palpitaciones, sudación, temblores, agitación, náusea, molestias estomacales, adormecimientos y hormigueos en diferentes regiones del cuerpo. Palidez y frialdad de la piel, sofocos, frecuente ganas de orinar, disminución del interés sexual, pérdida o aumento de peso, persistente dolor muscular, óseo o en articulaciones. Aumento sanguíneo de los niveles de azúcar, colesterol y triglicéridos. Vulnerabilidad a la hipertensión, trombosis, infarto o hemorragias cerebrales, trastornos hormonales, infecciones, accidentes o enfermedades recurrentes; usted está sufriendo de un trastorno de estrés postraumático.

Mientras la persona siente el efecto del shock postraumático, vive un estado de confusión mental e inestabilidad emocional transitoria sin entender lo que le sucede. En el organismo se están originando cambios hormonales, neuroquímicos, que tienen repercusiones físicas en órganos y tejidos sin que el individuo se percate de ello. En caso de aparecer síntomas la persona puede achacarlos a otras causas, sin darse cuenta, del verdadero agente causal de su enfermedad. Durante esta etapa de inestabilidad psíquica y emocional,  la persona puede presentar enfermedades o accidentes, que agraven su recuperación.


 


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